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Suicidio: el asesino silencioso de las cárceles estadounidenses

Un nuevo informe tiene hechos aleccionadores para los abogados de defensa criminal de Houston. El suicidio es la primera causa de muerte no natural entre los reclusos de las prisiones de Estados Unidos, y representó alrededor del 29% de todas las muertes en prisión entre 2000 y 2007. Estos datos proceden de un nuevo informe, titulado Mortality in Local Jails, 2000-2007 según lo comunicado al Programa de notificación de muertes bajo custodia. Según el informe, el número de muertes en las prisiones locales de Estados Unidos aumentó de 905 en el año 2000 a 1.103 en 2007. En total, entre 2000 y 2007 se produjeron 8.110 muertes bajo custodia. La tasa de mortalidad en las prisiones disminuyó de 152 por 100.000 reclusos a 141 por 100.000 reclusos. Durante este periodo de tiempo, el funcionamiento de la prisión aumentó un 31%. Más de la mitad de las muertes en prisión se produjeron en el plazo de un mes desde el ingreso del recluso. Más de la mitad de las muertes en las prisiones locales se debieron a enfermedades, incluido el sida. Entre ellas, las cardiopatías fueron la primera causa de muerte entre los reclusos, con un 42% de fallecimientos por enfermedad cardiaca. La estadística que salta a la vista es que el suicidio es la primera causa de muerte no natural entre los reclusos. El veintinueve por ciento (29%) de todas las muertes no naturales en prisión estaban relacionadas con el suicidio. Esto se produjo incluso cuando la tasa global de suicidios entre los reclusos disminuyó de 49 por 100.000 reclusos en 2002 a 36 por 100.000 en 2007. El suicidio también parece ser un factor mucho más importante en las muertes en prisión en las cárceles locales más pequeñas, que en las grandes prisiones. En las prisiones que tenían 50 reclusos o menos, la tasa de suicidios era de 159 por cada 100.000 reclusos, mientras que en algunas de las prisiones más grandes, la tasa era de sólo 27 por cada 1.000 reclusos. De hecho, después de que los investigadores ajustaran las diferencias por edad, sexo y raza, descubrieron que el suicidio como causa de muerte aumentaba a un ritmo mucho mayor en las prisiones estadounidenses que en la población general de Estados Unidos. Lo que esto indica es que los reclusos se suicidan a un ritmo que aumenta más rápidamente que el riesgo de suicidio de la población general.